Yoga
Normalmente, Yoga se suele definir como ‘Unión’. Unión entre la sensación del ‘ser limitado’ –entendido como algo separado de todo lo demás-
respecto del resto de lo existente (o sensación del ‘ser cósmico’). Pero habría que puntualizar la existencia de cierta anomalía en esta definición, porque establece como objetivo el alcanzar cierta unión desde un estado de separación. De hecho, la separación no existe. En este preciso momento, todos estamos unidos con algo a lo que podríamos denominar Conciencia Cósmica.
Incluso ésto último no es verdad, puesto que realmente somos la Conciencia Cósmica. Por lo tanto, el objetivo del Yoga no es realmente unirnos a algo, dado que ya estamos unidos. Su objetivo sería, de una manera más precisa, el hacernos concientes de nuestra real identidad. Hacernos conocer nuestra propia naturaleza y sintonizarnos con ella. Experimentar esa unión que ya es existente. Y ésta sería la culminación del Yoga. Yoga también es el método o el camino que uno adopta para alcanzar la realización de nuestra verdadera identidad. Por lo tanto, Yoga podría tener un doble aspecto: el método y el objetivo final.
El significado de Yoga también se puede ver asociado a la palabra ‘Unidad’, entendida como la pérdida de identidad individual. En este contexto, todas las prácticas de Yoga están enfocadas hacia la eliminación del Ego. Y ésto es así, porque se le entiende como el aspecto de nuestra individualidad causante de nuestra sensación de separación respecto a todo lo demás. Cuando el Ego es transcendido, el individuo se convierte en sí mismo y conoce su propia naturaleza.
Yoga es harmonía física y mental. Es salud. Y desde la harmonía de los aspectos mentales y físicos del ser humano, incluyendo el cuerpo energético o ‘bioplásmico’ y nuestra naturaleza emocional, se derivan otros muchos beneficios como producto de su práctica.